Bajo una aplastante carga financiera, Kumar Budhathoki vendió uno de sus riñones a traficantes de órganos por cinco mil dólares. Una suma que esperaba que le ayudara a establecer para siempre una vida libre de problemas de dinero. En su lugar, consiguió una vida de problemas de salud y sólo una fracción del dinero que le fue prometida por un corredor sombrío en Hokshe.
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